Esto se está volviendo costumbre en Can Barça, las decepciones en Champions League llevan ya un buen rato, y recientemente han dolido más por la forma dramática e inesperada en que se han dado desde la llegada de Ernesto Valverde al banquillo. Esta vez fue a manos del Liverpool en víspera de la final, etapa que, vale mencionar, no se alcanzaba desde 2015, pero aún así se siente un ambiente de devastador en tierras catalanas.

Evidentemente, tras una derrota de tales magnitudes, el principal cuestionamiento es sobre la continuidad del actual entrenador, así que veamos el balance del nacido en Extremadura.

Éxito local

Hay que ser claros, El Barcelona y Valverde lo han ganado todo a nivel local, con temporadas impolutas y casi invictas, sacando mucha ventaja y cerrando temporadas cómodamente con el título en la bolsa. En el torneo actual, Laliga ya es suya, y está clasificado nuevamente a la final de la Copa del Rey, lo cual demuestra que el DT sabe manejar temporadas largas y apremia la consistencia y administración física de su plantilla.

Hoy el Barcelona está celebrando su liga número 26 y a las puertas de la Copa número 31, competición donde ya es el máximo ganador. Entonces, ¿realmente es un fracaso?

Vergüenza internacional

Cuando tienes en tu plantilla al que muchos consideran como «el mejor jugador del mundo» se aspira a lo más grande, por lo tanto, las caídas vergonzosas que han sufrido en Champions, en dos temporadas consecutivas ante Roma y Liverpool con tremendas ventajas obtenidas en la ida ameritan el despido inmediato de cualquier entrenador, ya que deja claro que no está a la altura de las circunstancias para manejar la presión y tomar las decisiones adecuadas.

Lo anterior puede sonar drástico y más tomando en cuenta que las eliminaciones blaugranas se han vuelto habituales incluso antes del aterrizaje del DT en Catalunya, pero a final de cuentas, se le trajo para resolver dicha problemática y ha fracasado.

Adiós definitivo

Como dije párrafos arriba, se trajo a Valverde para cambiar el presente a nivel internacional y se ha fracasado rotundamente. El éxito local no es suficiente para un equipo que ha ganado 8 de las últimas 11 ligas pero que tuvo que sufrir el ver a su rival más odiado hacer historia dominando el continente 3 años seguidos.

A partir de junio comienza la reestructuración, no solo de una plantilla, sino del concepto futbolistico del Barcelona, el cual vive tiempos de incertidumbre y que deberá ser muy preciso a la hora de elegir el comandante del barco y especialmente de refuerzos ya que viendo gente como Coutinho o Semedo no da más que para deprimirse.

Por lo pronto, parece que la renovación vendrá de la mano de una joven generación holandesa, ojalá tengan mejor visión y no los echen a perder.