La Masía, ese lugar mágico y utópico del que nos habían contado donde se producía todo el talento que nutria la plantilla del Barcelona y que fue artífice de los éxitos recientes con egresados de la talla de Xavi, Iniesta, Piqué, Fabregas o Lio Messi -nada más la espina dorsal del equipo que lo ganó todo- está en crisis. ¿Qué ha pasado desde la salida de aquellos gigantes? ¿Por qué la Masía dejó de funcionar? ¿Qué fue de su semillero mágico que nutría toda Europa de talento?

Como en casa

Para quienes no sepan, la Masía es la academia del Fútbol Club Barcelona, instituto donde se forman a niños y jóvenes tanto física como intelectualmente, inculcándoles los valores y mentidad que van con la ideología del club catalán. En cuanto a lo futbolístico, en sus buenos tiempos se iba trabajando un sólo estilo de juego, para que cuando se les promoviera el primer equipo no tuvieran problemas para comprender la táctica y encajaran a la perfección sin importar que el de a lado se llamara Messi.

Generaciones perdidas

Algunos dicen que fue una generacción dorada la que surgió de la Masía, casi casi un accidente, y puede que tengan razón. Difícilmente vamos a ver que en una academia salgan juntos tantos «genios» como lo fue aquella camada que compartió vestidor: Valdes, Puyol, Xavi, Iniesta, Fabregas, Messi; la mayoria protagonistas de los triunfos culés y de la Selección de España.

Y digo accidente, porque la filosofía no ha cambiado, el modo de formar a los jugadores tampoco, pero la mano de obra no da ni para tenerlos como recambio, con casos como el de Gai Assulin, Bojan Krkic, Jeffrén Suárez, Giovani Dos Santos, Alen Halilović o el más reciente de Gerard Deulofeu, todos ellos que los llegaron a vender como cracks a futuro y terminaron siendo jugadores de medio pelo con uno que otro destello.

Crisis de identidad

El cuento de hadas nos relataba que en el Barcelona todos estaban «criados» bajo la misma ideología futbolística y eran felices.  ¿Qué pasa cuando esa ideología deja de existir?

A mi parecer eso es lo que ha sucedido en Barcelona, el primer equipo, ante la ausencia de canteranos que llenaran los zapatos en momentos importantes, preponderó usar la cartera para apagar incendios, lástima que dichos fichajes, en su mayoría fueron fallidos, lo cual terminó por deformar esa ideología socialista que nos habían vendido, ocupando plazas que pudieron ser aprovechadas por gente de casa y dejando un abismo enorme entre las divisiones inferiores y el primer equipo.

¿Y el semillero?

El chiste de la Masía era que si estabas ahí era muy probable que debutaras con el primer equipo, ya que habías cumplido con los requerimientos previos de tener mucho talento, estar comprometido con el club y además te habían «impregnado» de las formas tácticas. Sin embargo, el propio Barcelona y sus dirigentes de pronto voltearon hacia otro lado y dejaron olvidada esta academia.

No digo que Gio o Deulofeu no tengan talento, al contrario, llegamos a ver que en los momentos en que el Barça mejor lucía, estos jóvenes también lo hacían, por el gran ambiente que se vivía y la confianza que les generaba estar rodeados de tanto talento que funcionaba como una máquina. La crisis cupular que luego se transmitió en la cancha, obligó al club a tomar medidas desesperadas, cerrando cada vez más las oportunidades para estos canteranos y prácticamente dejando a la Masía sin piernas, al grado de que hoy resulta más efectivo gastar cientos de millones de euros en un jóven incógnita como Dembélé que tenerle confianza a uno hecho en casa que parece doblegarse con la responsabilidad que le confiaron.

Conclusión

La Masía vive una crisis severa y no es sólo de ahora. La pésima gestión de los dirigentes, la falta de identidad del primer equipo, nulas oportunidades para debutar y mal scouting son sólo algunas de las causas por las que la academia del Barcelona ha dejado de funcionar, y no sólo a nivel interno, incluso la venta de futbolistas ha bajado. Parece que fue hace mucho tiempo cuando los culés tenían que blindar sus joyas porque clubes adinerdos iban a pescar ahí sus futuras estrellas. Hoy ya nadie pesca en la Masia, ni el propio Fútbol Club Barcelona.