Qué ilusos fuimos los que pensamos que el culebrón de Dembélé se había terminado con el cierre del mercado de fichajes y que tanto afectó al equipo de Valverde, ya que ahora la desafortunada historia continúa tras la lesión y operación del francés, que llegaba como solución al incendio que provocó la salida de Neymar.

El joven ex-Borussia Dortmund no verá acción hasta el 2018, así que veamos los inconvenientes que tendrá que afrontar el Fútbol Club Barcelona y las posibles alternativas para resolver este problema.

Puesto sensible

Se ha hablado mucho de la salida de Neymar y lo que esto representaba para un equipo que ha perdido peso en el mediocampo y que ha dependido demasiado del tridente ofensivo que tenía, por eso fue una crisis el hecho de que el brasileño abandonara al equipo y que la directiva fuera incapaz de encontrarle un reemplazo digno. Al final, los culés soltaron una millonada por el joven francés con la idea de que se adaptara pronto, pero el fútbol es caprichoso y Dembélé apenas disputó poquito más de cien minutos con la playera blaugrana y se terminó lesionando solo, con un lujo innecesario ante el Getafe la jornada pasada, dejando nuevamente inútil la banda de la izquierda.

¿Reemplazo?

Pues es la vuelta al mismo embrollo de hace unas semanas, reemplazar a Ney es realmente imposible, no hay otro, el problema es que ni siquiera hay jugadores dos escalones abajo de éste para cumplir sus funciones de alguna manera, ya que hemos visto con claridad que Gerard Deulofeu no puede con la labor, siendo errático, poco profundo y sin cohesión con los dos genios que están junto a él.

Por otro lado tenemos un par de cartuchos quemados como Turán o Alcácer, que desde que pisaron Camp Nou se eclipsaron y dejaron de mostrar el nivel que tenían en otros equipos, para acabarla, ambos están regresando de una lesión.

La única opción es improvisar y echarle toda la responsabilidad a Messi, que es lo que hemos visto recientemente, dejando al argentino como falso «9» y que de él dependa toda la gestión de juego, lo cual puede desencadenar en un partido de diez si no lo logran controlar, o en tardes de sufrimiento como contra Getafe, además, esto va a generar que Luis Suárez pierda aún más protagonismo del que ya ha perdido, porque hay que decirlo, el uruguayo no está tan fino como otros años.

Conclusión

Para fortuna del Barcelona, la ausencia de Dembélé no se ha notado, no le extrañan, mucho de esto gracias al segundo aire de Lionel Messi que ya nada más le falta atajar en la portería. También ayuda que durante los próximos tres o cuatro meses no se juegan mucho, la Champions la tienen tranquila, y la liga se va sobrellevando con algunos sustos, así que será un semestre tranquilo para ellos. El problema vendrá a principio de 2018, ya que un jugador con casi seis meses de parón difícilmente dará frutos al final de la campaña cuando se jugará a matar o morir.